Puede que no seamos responsables del mundo que ha creado nuestra mente, pero somos responsables de la mente con la que estamos creando nuestro mundo.
Nunca lo había visto tan claro como lo he visto hoy.
No lo “vi”. No lo “entendí”: Lo sentí en los huesos. Y eso es lo que lo cambia todo.
Esa sensación de angustia ligera en el estómago. El ácido cálido. El presentimiento de que algo malo va a suceder.
Mi cuerpo preparándose para “algo”. ¿Para qué??
Esta sensación tiene un sabor tan familiar para mí.
¿Cuántas veces he tenido este presentimiento? Y de pronto cobró tanto sentido.
Los días de atrás he estado sintiendo muchos miedos a través de mi cuerpo, la mayoría de ellos infundados e irracionales. Las últimas semanas he estado procesando mucho trauma en mi cuerpo, por mi proceso personal, con la intención de liberarlo de tensiones y rigidez en muchos lugares.
Cuando empecé con esta parte del proceso mi intención fue clara: quiero liberar a mi cuerpo del miedo que tiene atrapado.
¿Cómo creéis que funciona el poder de la intención? pues o bien lo haces de forma consciente o la vida te trae las situaciones necesarias para que puedas conectar con ello, procesar lo que en su día no pudiste digerir y liberarlo.
No era un presentimiento esa sensación de que algo malo va a suceder, tiene un nombre, se llama modo supervivencia. Es la forma que adopté para lidiar con muchas situaciones en mi vida, que me aterrorizaron física y emocionalmente.
Ayer mientras observaba los escenarios que mi mente recreaba en su pantalla, podía sentir el chute de cortisol, adrenalina, dopamina que estaban induciendo, y toda la bioquímica que mi cuerpo estaba generando. Pude sentirlo tan claramente y de manera tan intensa que aluciné.
Ahora sé que fue así precisamente porque estoy abandonando ese mecanismo de seguridad y protección.
Nos hacemos adictos a la bioquímica del trauma y a la neuroquímica que nuestro organismo segrega cuando vivimos situaciones similares a aquellas que nos traumatizaron por primera vez.
Nuestro cerebro no distingue si es una situación real o imaginada. Y la realidad es que no me estaba pasando nada, estaba sentada tranquila leyendo en mi sofá, mi vida es estable, no hay nada real que pueda hacerme sentir amenaza en este momento y aún así mi inconsciente activó toda esta ingeniería. Porque se está quedando sin su dosis habitual a la que ha sido adicto tanto tiempo.
Cuando vi cómo un escenario catastrófico me llevaba a otro peor, pude salirme de su fuerza de tracción y decir: No! No voy a hacerme esto. No voy a hacerle esto a mi cuerpo más.
Cuesta soltar el modo Supervivencia porque es parte de nuestra identidad.
No solo personal, también familiar.
Nos aferramos al victimismo de supervivencia como estrategia para conectar con el otro. Nuestro inconsciente se aferra ello porque soltarlo es soltar también una parte de nosotros.
En parte es perder nuestra identidad. Y para el cerebro eso es morir.
Y en paralelo a este proceso, emerge una nueva parte de mi que me sostiene fuerte y no me deja caer en ese agujero negro, que tantas veces me ha atrapado antes y que me habla de confianza en la vida. Me dice que siempre he estado y estoy sostenida y que pase lo que pase, lo seguiré estando o encontraré los recursos necesarios para atravesar lo que sea que se me presente.
Y así voy sosteniendo la tensión de los opuestos. Ambas polaridades integrándose en mi psique, creando una nueva identidad. Nuevas rutas y mapas neuronales.
Un viaje somático, orgánico, espiritual, que requiere soltar deliberadamente y saltar al vacío de lo que aún no eres con la esperanza de encontrarte a ti misma mirándote de vuelta. Diciéndote:
No, no estás teniendo ningún mal presentimiento.
No hay ninguna amenaza.
No está pasando nada.
Puedes descansar, pequeña.
Puedes soltar, puedes dejar que tu cuerpo respire. Yo te tengo. No tienes que hacerlo sola.
No lo estás.
Vamos juntas.
Algo nuevo se está gestando.
¿Te resulta familiar?
Que estés bien,
Lorena Cuendias
2 comentarios
Si, me es muy familiar. Gracias Lorena por describirlo tan claramente. Podrías crear una meditacion para soltarlo? Abrazos
Wow! Me súper suena, me está pasando. Qué hacer para ir transitando estos momentos sin tanto miedo ni resistencia?
Un abrazo