Nuestras emociones afectan el campo magnético terrestre

Global Coherence Monitoring System  o Iniciativa de Coherencia Global, es un proyecto de investigación en colaboración con el Instituto  HeartMath y un equipo de ingenieros y científicos que lo diseñan, construyen y mantienen.

Su propósito es medir y estudiar los sistemas energéticos de la tierra y las fuerzas que los afectan.

Esto incluye el campo magnético interplanetario y la velocidad del viento solar, que se mide por los satélites meteorológicos y que se puede ver en transmisiones en directo  en www.glcoherence.org;  y las fluctuaciones y las resonancias en los campos magnéticos generados  en su ionosfera , medidos  a través de  magnetómetros.

La iniciativa cuenta con  12 estaciones de teledetección, todos conectados a través de Internet, donde se puede hacer un seguimiento en tiempo real. Se ha visto que estos sistemas son sensibles  a  eventos globales que implican cambios en las emociones humanas.

Antecedentes:

La comunidad científica está empezando a apreciar cómo los campos generados por los sistemas vivos y la ionosfera interactúan entre sí. Por ejemplo, la tierra y la ionosfera generan una sinfonía de frecuencias y algunas de las grandes resonancias que ocurren en el campo de la Tierra están en el mismo rango de frecuencia que las del corazón y el cerebro humanos. Aunque los investigadores han examinado algunas de las posibles interacciones entre el campo magnético terrestre y  el de las personas, animales y plantas  apenas han arañado la superficie de lo que puede lograrse con un seguimiento global a largo plazo de las resonancias y los cambios en la tierra y los campos de la ionosfera.

Investigaciones previas han  encontrado que  cambios en el campo magnético de la tierra se asocian con cambios en la actividad del sistema nervioso y el cerebro, incluyendo la memoria, el rendimiento deportivo y otras tareas, la sensibilidad en una amplia gama de experimentos de percepción extrasensorial; síntesis de nutrientes en plantas y algas; el número de violaciónes y los accidentes de tráfico registrados, la mortalidad por infartos de corazón,  y accidentes cerebrovasculares, y la incidencia de la depresión y el suicidio.

Es interesante observar que los cambios en las condiciones geomagnéticas parecen afectar a los ritmos del corazón con más fuerza que otras funciones fisiológicas.

Se ha probado   que en algunos casos  las ondas cerebrales de las personas pueden sincronizar con el ritmo de las ondas electromagnéticas generadas en la ionosfera de la Tierra.

Cuando la gente dice que “sientenun terremoto inminente u otros eventos planetarios, tales como cambios meteorológicos, es posible que estén reaccionando a las señales físicas reales que se producen en el campo de la Tierra antes de los acontecimientos.

Si bien se sabe, y se ha  medido, que toda forma de vida podría verse afectada por el campo magnético de la Tierra, ahora la propuesta es observar de qué modo este campo magnético se ve afectado por las emociones humanas.

Investigadores del  GCI han observado que cuando un gran número de seres humanos responden a un evento mundial con un sentimiento emocional común, la respuesta colectiva puede modular la actividad en el campo magnético de la Tierra. Los casos en los que el evento evoca respuestas negativas se pueden considerar como una onda de tensión planetaria, y los casos en los que se crea una onda positiva podrían crear una ola de coherencia global.

Esta perspectiva es apoyada por la investigación en el Instituto HeartMath, que ha demostrado que las emociones no sólo crean coherencia o incoherencia en nuestros cuerpos, sino que  al igual que las ondas de radio, también irradian hacia fuera y son detectados por el sistema nervioso de otros en nuestro ambiente.

Más aquí:

http://www.heartmath.org/research/research-home/global-coherence.html

Lorena

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