Cuerpos anestesiados

Cuando hay una contracción en mi cuerpo hay algo que no me estoy permitiendo sentir.

Y así nos vamos congelando, cristalizando, encapsulando.

Anestesiando.

Creando corazas.

Armaduras que nos aislan del mundo.

Y de la vida.

Y de sentir.

Y por ahí la energía no circula.

No somos conscientes que nos aislamos de sentir todo. Las corazas no son selectivas.

No puedes dejar de sentir dolor y sí sentir alegría y gozo. No. No va así.

Tu capacidad de sentir es tu capacidad de sentirlo Todo.

Las personas que se han permitido sentir su dolor más profundo tienen la capacidad de sentir con mayor intensidad el otro rango de polaridad.

Cuanta más capacidad de sostenerte en tu oscuridad más capacidad de maravillarte en tu luz.

Muchas personas me dicen que no sienten nada, que no se alegran por nada, que se sienten vacías, nada les satisface.

Compras compulsivas. Sexo vacío. Más vacío.

Mi respuesta siempre es la misma:

Tienes que viajar al centro del laberinto. Emprender el viaje de regreso a tí, y pasar por las estaciones por las que pasaste con los ojos cerrados, para ver los regalos que quedaron allí.

y S E N T I R

Lorena Cuendias

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