La energía nunca miente

Cuando no habitamos nuestro cuerpo con nuestra conciencia y energía, en los lugares no habitados se cuelan otras energías, otras emociones de otros, que nos desestabilizan y nos descentran y ni siquiera estamos sintiendo cosas nuestras.

Por eso es muy importante habitarse.

Las mujeres somos transmutadoras.

Es por esto que todas las mujeres somos sanadoras.

Nuestro Vientre es un centro alquímico transformador.

Tomamos energía, la transformamos y la devolvemos.

Por eso es muy, muy importante aprender a ser consciente de nuestro cuerpo, sentir nuestro Vientre, familiarizarnos con él, con SUS propias sensaciones, sutiles y no tan sutiles, para que cuando se “cuele” algo que no debería haberlo hecho, podamos detectarlo inmediatamente, transformarlo o no y desecharlo, de forma CONSCIENTE.

Próximamente, en unos días, vamos a seguir trabajando esto en el Viaje Alquímico que estamos haciendo en el grupo de facebook de Mujer Alquimia.

Vamos a hacer prácticas con el caldero, que es el cuenco que forma nuestra pelvis y que contiene nuestro primer y segundo chakra, útero y ovarios.

Las prácticas van a ir encaminadas a ir cristalizando esta estructura, para que se vaya volviendo sólida.

Esta estructura forma parte de nuestro Templo Interior.

Si nuestro Templo no tiene muros ni paredes, cualquiera puede entrar y habitar nuestro hogar interior, y nosotras sin saberlo, se nos han metido en “casa”.

Y dice el refrán que a tu casa vendrán y de ella te echarán.

Esta estructura también tiene que ver y está directamente relacionada con nuestros límites y nuestra capacidad de ponerlos.

Muchas veces, cuando decimos NO a algo o a alguien, cuando nuestra intención es establecer un límite, éste no es percibido porque estamos diciendo no con nuestra voz, con la boca, pero no con nuestro cuerpo. Nuestros cuerpos sutiles están abiertos, nuestro Templo tiene las puertas y ventanas abiertas, y el mensaje se recibe incoherente.

No hay un límite REAL.

No hay una coherencia. La señal que emitimos está distorsionada y por tanto nuestro límite no es tenido en cuenta.

No olvidéis que tenemos muchas otras dimensiones, no somos sólo una dimensión física, y esas otras dimensiones son percibidas a nivel inconsciente por los demás.

Por eso la energía nunca miente.

Recordad esto como un mantra: La energía NUNCA miente.

Con más motivo las personas altamente sensibles tenemos que aprender a trabajar en nuestros límites psíquicos, para no ser tan mermeables y sentirnos tan confundidos.

Sólo tú eres responsable de tu cuerpo y de la energía a la que lo expones.

Puedes acompañarnos en este Viaje Alquímico ingresando en el grupo aquí:

https://www.facebook.com/groups/MujerAlquimia/

Lorena Cuendias

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