La compulsión por la repetición

La compulsión por la repetición es nuestra necesidad inconsciente de recrear las heridas de la infancia para darles resolución. Este mecanismo funciona de manera autónoma sobre tu vida. No tienes ningún poder sobre él hasta que lo haces consciente y condiciona tus relaciones y tu vida entera.

Cuando éramos niñas no recibimos suficiente amor maduro, calidez, seguridad. Esa niña dentro de ti continuará buscándolo a lo largo de su vida a menos  que esa carencia y esa herida sean reconocidas y abordadas, si no, te pasarás tu vida de adulta llorando inconscientemente por lo que te hizo falta en tu infancia. Incapaz de amar con madurez y perpetuando el dolor de generación en generación.

El remedio no está en desear que las cosas hubieran sido diferentes, no está en tu hostilidad y rencor hacia la vida porque no te dio lo que necesitaste,  ni en tu resentimiento, ni en tu rebeldía, ni en odiarte y rechazarte a ti misma porque te culpas de ser el motivo de no haber sido amada (inconscientemente). No está en sentir el pensamiento mágico infantil que te convenció de que si no fuiste amada por quien eras,  es porque hay algo muy malo en ti, algo vergonzoso y deplorable. No. El remedio está en ti, dentro de ti. Sólo en ti misma. El remedio eres tú.

La mayoría de las personas no comprende la conexión que hay entre los deseos e insatisfacciones del niño que vive dentro de ellos y las dificultades y problemas que tiene actualmente como adulto, y este es el punto de partida.

Sólo puedes perdonar y liberar si reconoces tu herida y tu resentimiento profundamente escondidos y el único camino es a través, ni bordeando ni atajando.

Eso sólo te va a llevar al mismo punto de partida: patrones repetitivos cuyo origen está en tu intento de reproducir la situación de tu infancia con el fin de corregirla, buscando a tus padres nuevamente, de una manera no consciente y nada fácil de detectar,  en tus parejas, en tus amistades, en tus jefes o en otras relaciones. ¿No te suena esto? Proyectando en ellos tus temas sin resolver. ¡Es una ilusión! , es como estar en un agujero de gusano, no hay salida.

Mientras no detectes este loop, tu subconsciente volverá a actuar la obra de teatro, tratando que esta vez sea diferente, pero ¡¡ nunca lo es!.

Cuando dejes de pedir que te amen como a una niña, empezarás a estar dispuesta a amar, progresando en el crecimiento de tu Alma, que del otro modo sigue estancado.

¿Cómo? Re-experimentando las heridas para darles resolución. Estando muy consciente y atenta. Deshojándote de las capas de tus reacciones. Dándote cuenta que detrás del conflicto se encuentra esto: No fui amada.

Hay una capa que es fácil de ver: la capa de racionalización. Es esa que te dice, que prueba y te demuestra que son los otros, o las situaciones, los que se equivocan, y no tus conflictos más profundos los que te llevan a adoptar una actitud equivocada. La siguiente capa puede ser la ira, el resentimiento, la hostilidad, la tristeza, la frustración. Si sigues bajando, te encontrarás con la herida de no haber sido amada.

La niña herida dentro de ti vive congelada en el pasado. Cristalizada en un no-tiempo anterior.

Cuando una herida se activa en ti, te has proyectado inmediatamente al pasado. Ya no estás aquí. Te has desconectado del presente, y empiezas a hablar en términos absolutistas e irracionales, como los niños: ¡Es que tú nunca! ¡es que tú siempre!. Date cuenta de esto.

Cuando se active una herida, haz la conexión de lo que está pasando en la actualidad con lo que pasó en tu infancia. Vas a ver que te está faltando algo que ya te faltó en aquel momento. Te darás cuenta de que en muchos sentidos te faltaba algo que nunca viste con claridad en ese momento: reconocimiento, validación de tus emociones, contención, protección, seguridad, amor, acompañamiento, ser vista, incondicionalidad, sentido de pertenencia, merecimiento, justicia…¿Qué es?

El dolor de tu historia actual es el mismo dolor de tu infancia.

Cuando puedas ver esto podrás ver con claridad que se trata exactamente de lo mismo y a medida que sigas trabajando con ello te darás cuenta de cómo tú misma contribuiste a crear más dolor por tu deseo inconsciente de corregir la herida de tu infancia: La pulsión por la repetición.

No es suficiente comprender esto de forma intelectual. Tienes que sentirlo.

Sentir  el dolor de ahora, para que puedas drenar lo que quedó de tu infancia. Unir las dos líneas de tiempo, como si fueran dos fotogramas de la misma película, hasta que se convierten en una sola, y puedas permanecer en el presente, enraizada, con propósito. Esto es lo que te dará la comprensión que necesitas para seguir avanzando.

Observa, la próxima vez que un disparador active una herida en ti, qué es lo que estás necesitando en ese momento, de esa persona o situación, que no tuviste. ¿De quién lo necesitaste? Ponle nombre, y busca la conexión con el pasado. Siempre está. Vuelve a unir las piezas.

Que estés bien,

Lorena

Déjame un comentario

2 comentarios

  1. Me encantan tus posts preciosa, siempre llegan en el mejor momento y cargado de verdades que hacen tomar conciencia de como actuamos de forma automatica sin plantearnos que nos está ocasionando tanto dolor.

  2. Que buen texto , que buena forma de abordarlo ofrece, me gustó mucho , muy sanador , gracias 💓🙏

Lo más leído

Comienza aquí tu viaje sagrado

SUSCRÍBETE A LA NEWSLETTER PARA RECIBIR LOS ÚLTIMOS ARTÍCULOS DEL BLOG Y MÁS