Eclipse solar parcial 11 de Agosto: El poder de la presencia

Si pensamos en un León, como tótem o arquetipo, podemos conectar con su energía felina, suave, ondulante, elegante y delicada y también con su fiereza y liderazgo, con el rugido de su Verdad, su firmeza inquebrantable, su magnificencia, magnetismo, fuerza y corazón de fuego.

De esto nos habla el eclipse de mañana 11 de Agosto, de nuestro poder, de rugir nuestra Verdad. Sentir en nuestro cuerpo que somos merecedores y dignos de más, de muchísimo más, de lo más grande, desde el amor compasivo por nosotros mismos, el auto- respeto y la confianza en nosotros, podemos ser La Reina/el Rey de nuestra propia vida.

Este es el último eclipse del ciclo de eclipses en el eje Leo-Acuario. El eje Leo-Acuario es la quinta polaridad astrológica y habla del aspecto creativo del ser humano, en Leo de manera personal e individual y en acuario orientada hacia el colectivo y el grupo.

Nos va a hacer cuestionarnos muchísimo, nuestra vida, lo que queremos, cómo queremos brillar, lo que queremos crear, que ya no queremos conformarnos con lo pequeño, con ser un sucedáneo de quienes verdaderamente somos, un gatito en vez de un León….y eso da miedo, mucho, mucho miedo, porque implica cuestionarse demasiadas cosas, pero precisamente esta energía nos da la fuerza y el impulso necesario para ir al encuentro de esa vida que siempre deseamos. El anhelo. Es “eso” que sabemos que hemos venido a hacer, aunque no tengamos ni idea de cómo ni por dónde, pero podemos saborearlo. Lo sabemos. Dentro de nuestro corazón, lo sabemos.

El eclipse estará influenciado por una conjunción con mercurio retrógrado y aspectos difíciles con Júpiter y Plutón que se traducirán en conflictos sobre ideas y creencias en temas de poder y control entre personas, grupos de personas y naciones. Declaraciones provocadoras, desequilibrios y  abuso de poder por parte de lo masculino en posiciones de autoridad y para las mujeres, cómo esto ha influenciado nuestras creencias y actitudes para con ellos en general.

Llegamos a esta Luna Nueva de una gran limpia, limpia de personas, situaciones, contextos, trabajos…. Y es así como tiene que ser, haber hecho el espacio para lo nuevo que abre este ciclo.

No hay lugar para lo nuevo si no le hemos hecho el espacio necesario.

Si hacemos reflexión de lo que hemos vivido en el último mes o dos meses, podemos tomar conciencia de los patrones obsoletos. No podemos esperar que las cosas cambien haciendo lo mismo. No podemos pretender que los resultados sean distintos, si nuestras acciones son las mismas.

Los 7 planetas retrógrados que nos acompañan a atravesar este momento cósmico (Urano en Tauro, Marte en Acuario, Mercurio en Leo, Quirón en Aries, Saturno y Plutón en Capricornio y Neptuno en Piscis) no solo nos han “ayudado” a ver nuestros programas, heridas y karma, sino que nos han cogido del cuello y nos han metido bien la cara en el escenario para no perder detalle.

Está todo como parado. Imagina que tu vida se hubiera congelado por un efecto especial como en las películas y pudieras ver todo el panorama ante tí.

No es momento de hacer. Es momento de observar para sanar y crear.

Las tomas de conciencia y revelaciones se suceden una tras otra con una claridad cómica. Yo he perdido la cuenta de las veces que en el día me pregunto ¿Dónde están las cámaras???  Es apasionante. Un momento de viajar al interior y descubrirte como nunca. Verte en lugares insospechados. Aspectos de ti desconocidos. Tocar tu sombra tan de cerca que aterra. Otro morir para renacer. Y así vamos, creciendo, expandiendo nuestra conciencia y nuestra Alma. Muriendo, naciendo, para volver a morir.

Llóralo, siéntelo, siéntete perdida/o, sin rumbo, sin esperanza. Siente toda la confusión, la niebla Neptuniana. Siente tu vida desarmándose, cuestionada. Permite lo que surja. Permítete caer en el miedo. Sentir que has perdido el rumbo. Es normal. Déjalo venir. Invítalo con amor, con compasión. Sostente en ello. Este es el poder de la presencia. Déjalo estar contigo y acompañarte este tramo del camino. No quieras huir. No es momento de salir corriendo a ninguna parte porque no hay escapatoria. Deja de resistirlo y conecta con tu corazón. Ahora más que nunca, escucha el corazón del León y confía, que la luz está justo al otro lado.

Sigue caminando, pero no esperes que el eclipse haga por ti lo que tú no estás dispuesta a hacer por ti misma/o.

Lorena

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