Conciencia y energía

Desde mi punto de vista, existen básicamente dos elementos: CONCIENCIA y ENERGÍA.

La conciencia sería el principio activo que da origen a los pensamientos y a los sentimientos, transformándolos en acciones. Toda conciencia tiene un campo de Bioenergías que la envuelve, conocido como Biocampo, Campo vibratorio, Aura…

A través de él hacemos intercambios permanentes, la energía entra y sale en un proceso interactivo. Cedemos y absorbemos energía manteniéndonos compensados o descompensados. A veces cedemos conscientemente ( los sanadores cuando transmiten energía), la mayoría de las otras veces lo hacemos de forma inconsciente.
La fuente de toda energía es la energía inmanente

¿Qué es esta energía inmanente?

Es la Energía primaria, vibratoria, invisible, totalmente impersonal, presente en todos los objetos o realidades físicas, interpenetrando todo el Universo, sutil.

Toda conciencia utiliza esta Energía Inmanente para absorberla, exteriorizarla, captarla, modificarla, emitirla y por tanto proyectarla.

En la naturaleza nos encontramos con diferentes clases y estados de energía, por ejemplo:

Geoenergía: energía de la tierra, también conocida como telúrica.
Hidroenergía: energía procedente del agua.
Fitoenergía: energía procedente de las plantas.
Aeroenergía: procedente del aire.

Cuando nos acercamos a la naturaleza, tenemos una gran posibilidad de experimentar con los distintos tipos de energía. A través del desarrollo de la sensibilidad energética personal, es posible captar la energía de una planta, un árbol, el agua, una roca o una piedra. La energía de la naturaleza es energía pura, inmanente, sin información conciencial (sin patrones de pensamiento, actitud, acción…).

Desde el momento que la conciencia absorbe la Energía Inmanente, la empieza a procesar imprimiéndole sus Pensamientos, Sentimientos y Energías, convirtiéndola de esta forma en energía conciencial.

¿Qué es la energía conciencial?

Representa el conjunto de nuestras ideas y emociones más frecuentes. Con lo que resonamos.
Es nuestra tarjeta de presentación, es la responsable de algunas de las cualidades humanas como la atracción física, carisma, encanto, magnetismo personal, simpatía, etc., y de nuestras preferencias en las relaciones interpersonales por la mayor o menor afinidad de esta energía conciencial. Somos como antenas, resonadores, y esa energía que proyectamos, es lo que le contamos al mundo de nosotros.

¿Qué le estás contando a la vida de ti mismo?

Tómate un instante para reflexionarlo…

Lorena Cuendias

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