En ningún lugar: La oscuridad preñada en la que la Luz florece

Hace ya unos meses soñé que iba caminando por un valle precioso. Verde brillante. En el sueño los colores refulgían. El valle se abría ante mí, y podía ver en todos los ángulos del horizonte por delante. Caminaba dejando atrás una ciudad. Mientras caminaba sentía un duelo interior. La sensación de abandonar un lugar que había sido mi lugar por siempre. Pero no miraba hacia atrás, caminaba decidida y firme en mis pasos, a pesar del dolor de dejar aquello, sentía emoción por el lugar al que me dirigía, aunque no tenía ni idea de qué lugar era ese. Me encontraba en el medio. En ninguna parte yendo hacia algún sitio.

De pronto sentí la presencia de un Águila blanca que se acercaba por detrás de mí. Justo cuando se encontraba sobre mi vertical, me detuve y miré hacia arriba. Era inmensa. Sus plumas blancas parecían de plata. Resplandecían e irradiaban en todas las direcciones. De pronto, una de sus plumas se desprendía y caía. Yo extendía mi mano izquierda, y la pluma caía perfecta sobre mi palma. Miraba atónita. Cerraba la palma y la pluma se integraba con mi cuerpo, como absorbida por él. En el sueño, contemplaba todo aquello sabiendo que el simbolismo era tan grande y sagrado, que no alcanzaba a entenderlo con mi mente y que su significado se iría revelando en los siguientes meses…o años.

¿Os habéis sentido “invisibles” alguna vez?.

Es esa sensación de que ciertas personas, sencillamente, no te ven. Les escribes y no te contestan; No hay encuentro. No hay conexión. O se siente como personas que quieren llegar a ti y tú sencillamente, ya no estás.

Alquimia es un proceso de transformación. Refleja lo que Jung denominó individuación: El viaje del Alma hacia una Vida más completa y realizada. El proceso de llegar a ser tu Ser auténtico.

Por Al-Khemia se conocía al suelo fértil y rico del río Nilo. La oscuridad preñada en la que la Luz florece. Los antiguos alquimistas trabajaban con partes de la psique que no estaban reconocidas por la religión católica. La “No Santa trinidad”: El divino femenino, el Cuerpo y La Sombra. La Santísima Trinidad escondida en nuestro subconsciente. Los alquimistas eran también perseguidos por ser Místicos: Tenían acceso directo a lo Sagrado sin intermediación de una Sacerdotisa.

Lo que hace a la Alquimia tan valiosa en psicoterapia es que sus imágenes concretizan las experiencias de transformación que uno atraviesa en su proceso de individuación y que se observa tan claro en las sesiones de terapia.

La Alquimia provee de una estructura para entender la evolución de la relación entre el cuerpo, el cerebro, la psique, el espíritu, la Naturaleza….en el proceso de sanación.

Esa “Prima-materia” que será transformada en el Oro, es también el inconsciente somático que incluye emociones no procesadas, imágenes y memorias alojadas en el cuerpo. El cuerpo está imbuido de espíritu y conciencia. Y el Alma tiene su raíz en el cuerpo. Y el Alma cambia de pieles. Está en permanente transformación y evolución. A eso ha venido aquí.

Cuando muda de casa simbólica, es como si empezaras a emitir por otro canal de radio. La gente que sintonizaba contigo a través del 104.3 FM, ya no te escucha, ya no te ve, porque has cambiado de emisora. Ahora emites desde el 107.8 FM desde tu gran antena cósmica. Sí…se siente raro. Como cuando te mudas a una casa nueva. Al principio no te encuentras. Todo es raro, pero os voy a dar un truco que a mí me sirve: Soltar. En vez de querer aferrarte a todo eso que una vez fue y dañarte las manos por querer agarrarte mientras tiran de ti hacia nuevos espacios….Suelta!. Suelta y confía.

Es la muerte de un viejo orden para que el nuevo pueda nacer. Es la descomposición alquímica. Antes de la integración y el reconocimiento, hay una gran tensión entre polaridades. Es la gran tensión de la integración.

Y sólo podemos esperar, como una madre espera hasta que termina el proceso de gestación y sabe que no puede hacer nada, sino rendirse a la sabiduría superior de su cuerpo y de la Naturaleza.

Entregarse a no saber en un pleno acto de confianza, sabiendo que en todo momento, somos guiados y estamos sostenidos.

Que estés bien,

Lorena

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